IPRA Tenerife
Instituto de Psicología y Psicoterapia Post-racionalista
El Instituto de Psicología y Psicoterapia Post-racionalista (IPRA Tenerife) fue fundado por un grupo de psicólogos y psiquiatras en el año 2001. Este instituto forma parte de otros tantos institutos diseminados por Europa y Sudamérica. En colaboración con la sede central en Roma, a través de su director Giampiero Arciero, IPRA Tenerife promueve y desarrolla el estudio, la investigación y la formación de los conocimientos en el ámbito de la Psicología No Racionalista y Psicoterapia Fenomenológica.
¿Qué es el post-racionalismo?
El término «postracionalismo» fue acuñado por el psiquiatra Vittorio Güidano, a finales de los años ochenta, para indicar un nuevo modo de concebir una psicología que ponía énfasis en el papel activo desarrollado por el paciente a la hora generar significados y construir su realidad. En las tres últimas décadas hasta la actualidad, podemos encontrar numerosa bibliografía dedicada al desarrollo de este enfoque.
Sin embargo, las nuevas aportaciones desarrolladas en los últimos años, principalmente por Giampiero Arciero, Güido Bondolfi y Viridiana Mazzola, han contribuido a revisar y cuestionar el método utilizado por sus predecesores constructivistas a la hora de abordar la experiencia humana.Sin embargo, las nuevas aportaciones desarrolladas en los últimos años, principalmente por Giampiero Arciero, Güido Bondolfi y Viridiana Mazzola, han contribuido a revisar y cuestionar el método utilizado por sus predecesores constructivistas a la hora de abordar la experiencia humana.
Los trabajos de estos últimos autores, desarrollados en los albores del presente siglo, vienen a plantear la necesidad de un giro fenomenológico al interior del enfoque postracionalista. A partir de este viraje metodológico, que ha hallado en las investigaciones fenomenológicas del filósofo alemán Martin Heidegger su mayor fuente de inspiración, se propone una Psicología a-teórica y, por lo tanto, no racionalista, centrada en la generación del sentido, en las historias individuales, en las vidas únicas, que toman forma continuamente como determinaciones concretas en el encuentro con el mundo y en las múltiples situaciones tácticas.
¿Cómo es comprendido el síntoma u otras modalidades de malestar psicológico?
En términos generales, el estado de sufrimiento psicológico es concebido, desde esta perspectiva, como una dificultad o imposibilidad de la persona para reconfigurar de manera sensata la realización de la propia experiencia. Dicho en otros términos, el posible relato configurado por el paciente gira en torno a su aflicción, no permitiendo esta narración ni remitirse al ámbito pre-reflexivo donde los síntomas aparecen, ni aún menos referirse al contexto situacional y temporal de la génesis del trastorno.
¿Cual es la Psicoterapia que se propone?
En concordancia con esta visión del trastorno psicológico será articulada la intervención psicoterapéutica. Es decir, si el síntoma es manifestación de algo significativo vivido de lo que el paciente no puede dejar de ocuparse, si su relato presupone la incomprensibilidad de un pasado según las coordenadas actuales del paciente, entonces la terapia consistirá en una reapropiación de la historia a partir del presente de quien sufre, accediendo a la misma a través de lo que el síntoma y la narración inicial del paciente suelen ocultar…, pero también anunciar.
¿A qué llamamos Psicoterapia Fenomenológica?
Se dirige a una comprensión interpretativa de las experiencias vividas a partir de quien las vive, revelando y llevando a la expresión los sentidos de las mismas a través de la recuperación de una historia singular en el curso de la existencia del paciente. De esta manera este modo de intervención psicoterapéutica se cicñe al primer principio metodológico de la fenomenología: “el retorno a las cosas mismas como ellas se muestran en sí”.
¿Cual es es objeto de estudio para este enfoque?
En línea con la tradición hermenéutico-fenomenológica continental, la IPSEIDAD se erige como el objeto temático de la Psicología No Racionalista y la práctica de la Psicoterapia Fenomenológica, ambas disciplinas centradas en considerar quién es la persona. Esta perspectiva sobre la ipseidad emerge de la necesidad ontológica de comprender a la persona a partir de sus modos de ser, en lugar de conceptualizarla según las categorías que se aplican a los objetos.
¿Qué se entiende por IPSEIDAD?
Siguiendo las aportaciones de la fenomenología de Heidegger acerca de esta noción, el sí mismo es concebido como ipseidad, que es la experiencia de sentirse de una manera u otra en cada momento de la existencia, en el encuentro con el mundo y con los otros. Es una experiencia pre-reflexiva que acontece de situación en situación, un fenómeno siempre singular y único para cada persona a partir del cual se edifica la Psicología No Racionalista y la Psicoterapia Fenomenológica que proponemos. llevarla la luz acontece de situación en situación, Puesto que es experiencia pre-reflexiva
¿Qué lugar ocupan las emociones?
Uno de los aspectos principales que defiende el enfoque postracionalista es que la situación emotiva es siempre la modalidad integral en que una persona se encuentra en el mundo, con los demás y consigo mismo, a partir de la cual toma forma y se comprende la realidad. Como consecuencia, puesto que en el curso de la existencia de una persona siempre se ha halla emotivamente situado, la historia de una vida, y como esta halla estructurada, corresponde a una historia emotiva.
¿Y el cuerpo?
Una de las aportaciones más novedosas de este enfoque son los análisis sobre la corporeidad, desarrollados en la obra Fundamentos de la Psicoterapia Fenomenológica: El cuidado de sí y la Psicología No Racionalista. Se concibe la corporeidad como un fenómeno, en el sentido de que es algo que está constantemente en proceso de ser realizado y no se limita a la mera presencia del cuerpo como una entidad material que termina con la piel. Por tanto, lo corpóreo surge tan solo en el contexto de una relación con el mundo y sus límites coinciden con los de nuestra apertura al mundo. El cuerpo que vive, la carne, toma forma en cada momento.
A partir de esta visión del cuerpo que se hace como tal a partir de la apertura al mundo y la motilidad de la vida, Arciero, Bondolfi y Mazzola apuestan por un diálogo entre la Psicología Fenomenológica con las Ciencias Naturales y las diversas ramas de la medicina. Esta nueva alianza entre disciplinas permite, entre otros aspectos, abordar el problema de la enfermedad, a la luz de un cuerpo que custodia una historia irrepetible de la persona cuyas huellas lleva. Esto es, el mecanismo fisiopatológico puede ser releído alumbrado por la historicidad y unicidad de la persona.